miércoles, 1 de febrero de 2017

DUARTE Y EL DÍA NACIONAL DE LA JUVENTUD

“Trabajemos por y para la patria, que es trabajar para nuestros hijos y para nosotros mismos” (Juan Pablo Duarte).

El 31 de enero, se conmemora en la República Dominicana el Día Nacional de la Juventud,  instituido mediante la Ley No.20-93. Esta fecha coincide con la celebración del día de San Juan Bosco, llamado ‘Padre y Maestro de la Juventud’.
Verdadera lástima produce contemplar la realidad actual de la mayoría de nuestros jóvenes, en un país lleno de legiones de muchachos y hasta niños atrapados en el vicio de las drogas, alienados por la cultura musical, alimentaria y la vestimenta de moda del imperio que nos avasalla. El mismo imperio cuya soldadesca invasora introdujo este vicio letal en Ciudad Nueva, en abril de 1965, para neutralizar a la juventud dominicana, que en ese entonces era una de las más politizadas de América, cuyo orgullo era lucir bajo el brazo cualquier libro de los maestros internacionales del pensamiento político, cultural, artístico y otras corrientes positivas.
Hoy día, el orgullo de los jóvenes es deambular con un vaso plástico en las manos, lleno de alcohol, un tufo a marihuana; la cabeza llena, no de ideas, sino de disparates estridentes que repiten a coro, manipulados por la industria de la música y del espectáculo, y que les impide reflexionar sobre los reales problemas del país.
Mientras las grandes masas se revuelcan en la danza de los idiotas, los dueños del poder disfrutan satisfechos los beneficios de la corrupción, amparados en la impunidad a los más altos niveles.
Por ello, el 26 de enero, fecha del natalicio del más puro de los jóvenes dominicanos, cuyo ideario debiera ser el estandarte de lucha de la juventud dominicana,  pasa sin pena ni gloria, en medio de la algarabía colectiva de una multitud ignara inmersa en un largo fin de semana festivo auspiciado por los gobernantes de turno, para que nos olvidemos,  de los grandes robos del dinero de todos los contribuyentes, en provecho de una mafia cívico-militar que nos ha extorsionado en todos los órdenes, principalmente a través del narcotráfico, la compra sobrevaluada de los Tucanos, las construcciones súper valuadas por la Odelbrech y otros escándalos de corrupción que tienen a nuestro país sumido en una peligrosa ola de delincuencia y al borde de una erupción política de graves consecuencias para nuestra endeble democracia.
Ojalá los jóvenes dominicanos despierten durante el trayecto de este “Mes de la Patria” que inició el 26 de enero hasta el 27 de febrero, y se animen a conocer y a luchar por los ideales del fundador de la República Dominicana, Juan Pablo  Duarte, el verdadero Duarte, de carne y huesos, un brillante joven con ideas claras que a los 17 años ya soñaba con la construcción de una nación libre, independiente, próspera y soberana. Todavía estamos a tiempo.