Esta “honorable” jueza nunca se ha disculpado por
aquella monstruosa sentencia que evacuara el 13/3/87, cuando era titular de la
Primera Cámara Penal del Jugado de Primera Instancia del Distrito Nacional, con cuyo dictamen ordenó
la insólita Instrucción Suplementaria sobre el
caso de Héctor Méndez y los hermanos De la Cruz Gálvez, lo cual sirvió de
base para acusar al teniente de la Policía Uladislao Bautista (el Hippie) como
responsable de cometer los crímenes que precisamente descubrió junto a otros
oficiales superiores.
La sentencia de marras vino a complacer los deseos
de dos abogados que lideraban entonces el terror judicial, con marcada
influencia, a la sazón, en la judicatura
dominicana y en los medios de comunicación, quienes fueron los defensores de
los autores convictos y confesos de dichos crímenes. Estos dos tremendistas
abogados armaron una farsa jurídica que apuntaló el montaje de la Primera Cámara Penal.
En ese entonces los jueces tomaban sus decisiones
en base a su “íntima convicción”. Y la íntima convicción de la jueza Miriam
Germán se basó en declaraciones absurdas del sobreviviente, luego mercenario
Euclides Peralta Liriano, quien entre otros inventos sugeridos por el Poderoso
Abogado del Diablo, dijo: “…el oficial que me hacía los interrogaros era
Castillo, ese mismo oficial fue el que me visitó al Darío Contreras él era el
que siempre me visitaba, el que llevó el camarógrafo al Centro Médico Uce, el
que me dijo que el presidente me quería ver…”
Y más adelante repite, respondiendo a la parte
civil: “Sí, me llenaron luego el Certificado
Médico de la Uce- ahí también me visitaban oficiales- en una ocasión se
presentó un oficial con un camarógrafo a interrogarme. Me dijo, cuando le
pregunté que porqué me visitaba con ese camarógrafo. Me dijo que era que el
Presidente me quería ver. ¡Es el Presidente que te quiere ver!...
Y dice por tercera vez, respondiendo a la parte
civil: “Sí, cuando el oficial Castillo Núñez me fue a retratar al Centro Médico
me dijo que era de parte de Salvador Jorge
Blanco…”
La parte civil insistía en este señalamiento,
porque necesitaba que alguien involucrara el Presidente Jorge Blanco en este caso, para darle un matiz de
crimen de estado a estos asesinatos comunes.
Y la “honorable” jueza Miriam Germán se basó en
ésta y otras absurdas declaraciones manipuladas, para dictar su infame
sentencia del 13-3-87.
¿Puede
impartir justicia imparcial una magistrada que se preste a este tipo de componendas?