sábado, 15 de julio de 2017

La “íntima convicción” de Miriam Germán

Esta “honorable” jueza nunca se ha disculpado por aquella monstruosa sentencia que evacuara el 13/3/87, cuando era titular de la Primera Cámara Penal del Jugado de Primera Instancia del  Distrito Nacional, con cuyo dictamen ordenó la insólita Instrucción Suplementaria sobre el  caso de Héctor Méndez y los hermanos De la Cruz Gálvez, lo cual sirvió de base para acusar al teniente de la Policía Uladislao Bautista (el Hippie) como responsable de cometer los crímenes que precisamente descubrió junto a otros oficiales superiores.
La sentencia de marras vino a complacer los deseos de dos abogados que lideraban entonces el terror judicial, con marcada influencia, a la sazón,  en la judicatura dominicana y en los medios de comunicación, quienes fueron los defensores de los autores convictos y confesos de dichos crímenes. Estos dos tremendistas abogados armaron una farsa jurídica que apuntaló el montaje de  la Primera Cámara Penal.
En ese entonces los jueces tomaban sus decisiones en base a su “íntima convicción”. Y la íntima convicción de la jueza Miriam Germán se basó en declaraciones absurdas del sobreviviente, luego mercenario Euclides Peralta Liriano, quien entre otros inventos sugeridos por el Poderoso Abogado del Diablo, dijo: “…el oficial que me hacía los interrogaros era Castillo, ese mismo oficial fue el que me visitó al Darío Contreras él era el que siempre me visitaba, el que llevó el camarógrafo al Centro Médico Uce, el que me dijo que el presidente me quería ver…” 
Y más adelante repite, respondiendo a la parte civil: “Sí, me llenaron luego el Certificado  Médico de la Uce- ahí también me visitaban oficiales- en una ocasión se presentó un oficial con un camarógrafo a interrogarme. Me dijo, cuando le pregunté que porqué me visitaba con ese camarógrafo. Me dijo que era que el Presidente me quería ver. ¡Es el Presidente que te quiere ver!...
Y dice por tercera vez, respondiendo a la parte civil: “Sí, cuando el oficial Castillo Núñez me fue a retratar al Centro Médico me dijo que era de parte de Salvador Jorge  Blanco…”  
La parte civil insistía en este señalamiento, porque necesitaba que alguien involucrara el Presidente Jorge  Blanco en este caso, para darle un matiz de crimen de estado a estos asesinatos comunes.
Y la “honorable” jueza Miriam Germán se basó en ésta y otras absurdas declaraciones manipuladas, para dictar su infame sentencia del 13-3-87.
¿Puede impartir justicia imparcial una magistrada que se preste a este tipo de componendas?